Casos comunes en la empresa: cómo tratar empleados conflictivos

Una de las situaciones más comunes en la empresa es encontrarse con formas de tratar empleados conflictivos. Es usual hallar un empleado (o varios) que no se desempeñan bien. Alguno con el que no es fácil comunicarse o tratar. Otros que tienen problemas para relacionarse con los demás. Otros de buenas intenciones que simplemente no hacen lo que se les pide. Es casi imposible que todos los empleados sean ideales, y por eso existen diferentes personalidades que puede mejorar o perjudicar el desempeño de la empresa.

Personalidades comunes a la hora de tratar empleados conflictivos

1. El o la pesimista

Es el típico que parece más fácil de manejar de lo usual. Realmente es uno de los empleados conflictivos más difíciles de tratar, en particular porque su comportamiento parece totalmente dentro de lo convencional. Es el que más se resiste a los cambios y que destruye cualquier idea antes de considerarla. Este comportamiento es perjudicial para el funcionamiento efectivo de un equipo. La ideal forma de manejarlos es tomar este lado de su personalidad a favor del bien común. Intentar convencerlos de introducir su escepticismo para obtener resultados positivos. No son muy recomendados en posiciones de toma de decisiones.

2. El chismoso

Empleados con este tipo de tendencias son realmente perjudiciales para los equipos de trabajo. En general, tienen una gran capacidad para generar dudas y desconfianza. Es difícil, o mejor, imposible, controlar el movimiento de información, así que es importante tener claro cómo tratar empleados conflictivos como estos. La mejor forma de manejar empleados chismosos es cortando de raíz el chisme cuando sea posible y actuando de manera ejemplar. Un líder débil que no toma actitudes para limitar el chisme contribuye a las divisiones internas de una empresa.

 

3. El fantasma

El que se reporta enfermo con frecuencia, sale en busca de café o de «obligaciones» cuando se le necesita. Este tipo de empleado parece «nunca estar» para resolver temas importantes, por lo que es común que sea alguien con un desempeño muy bajo. Estos empleados no tienen arreglo. Es posible que estén buscando otro trabajo, o que simplemente no tengan un compromiso de trabajo como el esperado por la empresa. Sin embargo, una forma de hacerlos reconsiderar es tener una conversación sincera y abierta con ellos.

 

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4. Los narcisistas

Es común que estos empleados se tomen el crédito de un equipo o asuman que todo tiene que ver con ellos. Estos empleados son especialmente difíciles porque pueden afectar negativamente el desempeño de otros compañeros de trabajo. Existe una posibilidad para lidiar con ellos: lograr alinear sus metas personales con las metas grupales de la empresa. Esto, claro, solo debe hacerse en casos donde realmente estos trabajadores sean excepcionales y se desee tenerlos a toda costa. Moverlos hacia el éxito que ellos perciben es una forma de llevarlos a colaborar.

5. Los explosivos

Estos dejan un camino de destrucción a su paso. Son de carácter inflamable y tienden a tener relaciones interpersonales difíciles con el resto del equipo. Pueden ser intimidantes y algo impredecibles. El primer paso a entender cómo tratar empleados conflictivos como este es rastrear la raíz de lo que los hace explotar. Es fundamental que el trabajador se preocupe por las dinámicas del equipo y cómo su comportamiento puede afectarlas. Si se busca algún tipo de cambio, es clave entender si al empleado le importa eso o no. De lo contrario, es mejor que salga de la organización.

6. La víctima

Estos empleados parecen no hacerse responsable por nada de lo que hacen. Actúan, por lo general, como si todo lo incorrecto o los errores «les sucedieran». Tienden a zafarse de responsabilidades cuando se ven acorralados. Para evitar estos comportamientos, el líder debe imponer y aclarar las responsabilidades y las tareas esperadas para cada quien. Así, las reglas de juego, la calidad de trabajo esperada y las fechas de entrega están claras de principio a fin. Esto con el fin de mejorar la relación al tratar empleados conflictivos. La transparencia contribuye a un grupo unido y funcional.

 

 

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