El trabajo doméstico en Colombia representa la mayor oportunidad de empleo para las mujeres de bajos recursos y con escasa educación. Según la Gran Encuesta Integrada de Hogares realizada por el DANE el servicio doméstico representa el 3 % del total de la población ocupada. El año pasado había cerca de 700.000 personas dedicadas al trabajo doméstico y el 98 % son mujeres.
Nelly es una barranquillera madre cabeza de familia que se dedicaba a hacer aseo por días para poder mantener a sus dos hijos y brindarles mejores oportunidades. La situación económica de Nelly era muy complicada porque no tenía ningún contrato formal ni estaba afiliada a los sistemas de salud y pensión. Nelly debía arreglárselas para pagar el arriendo, los servicios públicos, la educación, la alimentación de sus hijos y demás gastos con los $40.000 pesos que le pagaban por cada día de trabajo.
Como la mayoría de las trabajadoras domésticas, Nelly había sido vinculada mediante un contrato verbal. Este tipo de contrato es la forma que prevalece en Colombia para servicio doméstico en un 89 % de los casos y, aunque tiene las mismas implicaciones legales que uno escrito, la mayoría de los empleadores no cumplen con estas obligaciones asumiendo erróneamente que no existe una relación laboral formal. Recordemos que mientras exista subordinación, pago de un salario y la prestación de un servicio, legalmente hay un contrato laboral. De acuerdo con el Código Sustantivo del Trabajo un contrato verbal se presume un contrato a término indefinido.
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Pronto la situación de Nelly se volvió insostenible. Debido a problemas de salud estuvo un tiempo sin trabajar y por lo tanto sin recibir dinero para solventar los gastos de su hogar. En medio de la desesperación, Nelly toma la resolución de dejar sus hijos con su madre y viaja a Bogotá en busca de mejores oportunidades laborales.
Luego de algún tiempo en Bogotá, Nelly logra vincularse a Hogaru. Ahora cuenta con un trabajo estable a término indefinido y con todas las prestaciones de ley. Hace un par de meses Nelly logró reunir el dinero para traer a sus hijos a Bogotá y ofrecerles un mejor estilo de vida. Conoce las historias de nuestras profesionales de limpieza y descubre cómo han logrado hacer realidad sus sueños trabajando en Hogaru.